Lagos de La Serena y La Siberia
En el noreste de la provincia de Badajoz se sitúa la Zona de Los Lagos. Este enclave no solo puede presumir de disponer de la mayor superficie de costa interior de España, almacenada en sus cinco embalses, sino que ofrece otros tantos alicientes que, sin lugar a dudas, harán superar las expectativas del más exigente viajero. Visitar las comarcas de La Serena y La Siberia supondrá poder navegar por pequeños mares interiores, descubrir inéditos y únicos enclaves naturales y conocer la rica historia y tradiciones de unos pueblos llenos de encantos. Se trata de una zona atractiva en cualquier época del año. En los meses veraniegos es muy recomendable el disfrute pleno del agua con un buen chapuzón. Recorrer senderos, practicar deportes de aventura, fotografiar paisajes es muy apetecible en primavera. El otoño en Los Lagos es testigo de la espectacular berrea, ofrece variados frutos silvestres y ocres paisajes, mientras que el invierno posibilita el avistamiento de grullas o tal vez sea la época más adecuada para cobijarse en museos y monumentos de enorme interés cultural y etnográfico o degustar una buena cocina basada en productos denominación de origen. Nacional 430 La Nacional 430 vertebra la zona de los Lagos de Este a Oeste. Navalvillar de Pela da la bienvenida e informa que vamos a adentrarnos en un destino piloto de Dinamización Turística: La Zona de Los Lagos. Cruzamos esta localidad, recordando las afamadas carreras de San Antón que se dan cita cada enero, en dirección a Orellana la Vieja, primer hito de la ruta. A nuestro paso por Orellana de la Sierra dejamos atrás intactas sierras repletas de vida animal y vegetal, observando bellos parajes que han sido declarados Zona de Especial Conservación y Zonas de Especial Conservación para Aves. La ubicación de Orellana la Vieja a orillas del embalse del mismo nombre ha dotado a esta población de una serie de infraestructuras para el disfrute del agua como su playa dulce, club náutico, zona para el descanso o pesca; pero si el tiempo no lo permite, se puede pasear por sus tradicionales calles o degustar una tapa en alguno de sus locales, que para ello la localidad cuenta con la Escuela de Hostelería y Turismo, que forma anualmente a una buena cantera de cocineros. Aún con el refrescante sabor de Orellana nos dirigimos a la localidad de Magacela donde, además de comer, recorreremos irregulares y sinuosas calles hasta llegar a su castillo, resultado de un pasado romano, árabe y cristiano, y viajaremos hasta el Neolítico al contemplar su magnífico dolmen. Magacela lo merece, pues ha sido declarado Conjunto de Interés Histórico-artístico. Descenso en piraguas Por la tarde, otra cita obligada: el embalse del Zújar. En esta ocasión y si es la época adecuada, se recomienda realizar el descenso del río en piraguas, barca o lancha, ya que es la mejor forma para disfrutar de este embalse, de la variedad de aves que acompañan en el recorrido o de las construcciones populares que salpican los entornos, como el Molino del Capellán. Al atardecer, sólo quedarán fuerzas para descansar en alguno de los alojamientos rurales ubicados en el propio embalse o en las vecinas Campanario o Castuera. Pero antes, obligatoriamente el viajero degustará la deliciosa Torta de la Serena, ya que además de ayudarle a reponer fuerzas, estará disfrutando de un exquisito producto artesanal procedente exclusivamente de la oveja merina. Su textura, su sabor, su color y, sobre todo, su calidad harán que, tras probarla, el turista quiera llevarla a su casa como el mejor souvenir. Gastronomía, patrimonio e historia se conjugan sabiamente en el segundo día por esta tierra de Lagos. La ruta de hoy discurre por la zona sur de La Serena, partiendo de la localidad de Castuera donde debemos visitar, entre otros, el museo del turrón, para continuar hacia Zalamea de La Serena, localidad resultante de una apasionante historia, suma de pueblos y culturas alojados en estas tierras desde siglos remotos, como demuestra el yacimiento arqueológico de Cancho roano. Entre su valioso patrimonio religioso y civil sobresale el romano dystilo sepulcral, el mayor, más impresionante y monumental de los inventariados. Si la escapada se realiza en la segunda quincena de agosto, el viajero podrá asistir a las representaciones de El alcalde de Zalamea, la obra universal de Calderón de la Barca que todos los veranos representan cientos de vecinos de esta población. Además, las calles se ambientan en la época en la que se desarrolla el drama de Pedro Crespo. Proseguimos el viaje para llegar entre extensos olivares a Monterrubio, donde espera el novedoso Museo del Aceite, producto no sólo amparado por la Denominación de Origen, sino que es reconocido por los entendidos como el mejor aceite del mundo ¿podrá irse el turista sin saborear los platos locales cocinados con este noble aceite?. Ermita de Belén Sin perder el ritmo, nos acercamos a Cabeza del Buey, ya al límite con la provincia de Córdoba. No cabe duda que merece la pena visitar importantes construcciones que evocan a un floreciente pasado y, no podemos olvidar, acercanos a la Ermita de Nuestra Señora de Belén, declarada Bien de Interés Cultural. Tomamos dirección norte hasta llegar a Puebla de Alcocer, atravesando antes el Embalse de La Serena, corazón de la zona de Los Lagos. Acabamos de adentrarnos en la comarca de La Siberia donde Puebla de Alcocer espera al viajero repleta de secretos, pasadizos y bellos rincones, aunque será su castillo el monumento que le confiere mayor personalidad. Desde lo alto se garantiza una de las más impresionantes panorámicas de Extremadura. Disfrutar de estos paisajes y de una exquisita gastronomía es posible en alguno de los restaurantes de esta histórica localidad. Bellas casas solariegas Dejamos al lado interesantes poblaciones cargadas de encanto y saber popular como Talarrubias, Siruela o Tamurejo, para dirigirnos a Herrera del Duque, ubicada entre el Cíjara y el García Sola. Aunque es interesante visitar su valioso castillo, bellas casas solariegas, plaza mayor porticada o iglesia de San Juan Bautista, desde Herrera se organizan visitas a la Reserva Regional del Cíjara, objetivo para la segunda tarde en Los Lagos. El agua emana por todas partes en forma de manantiales, chorros, piscinas naturales y en el embalse de Cíjara, dibujando paisajes de extraordinario atractivo. Cualquiera de los alojamientos rurales ubicados en las poblaciones de Castilblanco, Villarta, Helechosa de los Montes o Valdecaballeros son una buena opción para pernoctar aunque ¿permitirá el lance de la berrea conciliar el sueño?. Por la mañana, nos despedimos del Cíjara, de sus tonalidades, volúmenes, melodías y aromas ya que la última mañana en La Zona de Los Lagos bien la merece el embalse de García Sola o Puerto Peña. Sin olvidar adquirir la deliciosa miel que se elabora en Fuenlabrada de los Montes, partimos hacia Valdecaballeros. Atravesaremos esta encantadora localidad, que conserva buena muestra de arte mudéjar, para dirigirnos al embalse. Sólo observar sus abruptas orillas y vistosos paisajes es gratificante, pero se recomienda realizar un agradable paseo en lancha o barca para adentrarnos en recónditos parajes a los que sólo llega la tímida cigüeña negra. Caza y pesca Antes de regresar pasaremos por el Balneario de Valdefernando, también ubicado en Valdecaballeros. Tras experimentar tantas vivencias, el viajero merece relajarse con alguno de los modernos tratamientos de balneoterapia. Finalmente, los restaurantes locales ofrecen el disfrute de cocina cinegética, con la transformación de productos estrella como el jabalí o el venao, y también sus cartas contemplan las mejores piezas de pesca. Seguramente el viajero habrá anotado en su agenda las numerosas fiestas que recoge el calendario de Los Lagos ya que no habrá mejor momento para volver que cuando los pueblos se engalanan y así comprobar la hospitalidad de la población local, que no dudará en compartir su saber popular y alegría con el viajero.