Por muy diferentes razones Arturo Estévez Varela se vio envuelto en polémica y la derivada de su motor de agua no fue la mayor aunque sí fuese la más ruidosa. En algún momento se tuvo que enfrentar a la justicia para responder de la apropiación del capital social de la sociedad Aguacar que creó con otros accionistas. Años antes también tuvo que vérselas con los poseedores de unas participaciones de lotería que vendió sin haber adquirido el billete correspondiente que resultó premiado. El extremeño estaba empeñado en llevar adelante su idea aun cuando jugaba con muchos factores en contra. Con el apoyo de algunos interesados creo la sociedad Aguacar, S.A. cuyo objeto era la explotación industrial del motor de agua. A poco de constituirse se produce un episodio todavía no suficientemente explicado que se amplificó a través de la prensa. Algunos medios informaron de que Arturo Estévez había desaparecido y con él una parte del capital social. Sus socios incluso presentaron denuncia en los juzgados y se hizo público un requerimiento judicial. Sobre este asunto Diego Godoy comenta que a pesar de lo publicado en su momento "o cierto es que Estévez Varela compareció valientemente y demostró a todo el país que él no había llegado a detentar ni siquiera una peseta del capital social" De Aguacar nunca más ha vuelto a hablarse. Además de perito industrial e inventor, este personaje fue agente de policía, cuerpo que abandonó por causas que se ignoran. Durante algún tiempo Estévez estuvo trabajando en la siderurgia de Ensidesa, en Avilés en los primeros años sesenta. Según algunas fuentes, un día tuvo que abandonar precipitadamente, la empresa porque había vendido participaciones para la lotería de Navidad y el número salió premiado, con tan mala suerte, para el ciudadano Estévez, que se "había olvidado" comprar los décimos. Bases del invento Según se ha podido conocer en Ensidesa trabajaba en un departamento que se denominaba Control Térmico y posteriormente en Instrumentación. Una de sus funciones era la calibración de los calorímetros, para lo que se empleaba la combustión del hidrógeno. Este se obtenía por electrólisis mediante unas baterías de 6,3 voltios. Este procedimiento sería el que "luminó"la mente de Estévez, que dispuso de un Seat-600 con 4 baterías en paralelo para efectuar la electrólisis de agua. Colocado en un depósito, el hidrógeno recogido, lo enviaba, mediante una pequeña bomba eléctrica de membrana, a un recipiente estanco situado en el lugar del carburador y comunicado con los cilindros por el hueco de la aspiración. Esta práctica hacía que el motor trabajase y, según el inventor, la dinamo recargaba las baterías. De hecho el 600 recorrió varios cientos de metros en presencia de dos docenas de periodistas, cuya única preocupación era comprobar que allí no había gasolina, pero no dieron importancia a la presencia de 4 baterías de 6 voltios instaladas en el maletero. Para ellos la electricidad no era energía y las leyes de la termodinámica eran un cuento chino.
Contiene la imagen del Estévez el inventor el hombre polifacético y polémico.