alcaldesas
El pasado 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, se volvió a escuchar con insistencia que una de las asignaturas pendientes en el campo de la igualdad de género era la incorporación de la mujer a la actividad política. Una aspiración, que en Extremadura, aún no tiene una plasmación real, a la vista del porcentaje de mujeres que, por ejemplo, ostentan en la actualidad la Alcaldía de su municipio. En este sentido, cabe destacar que de los 381 municipios de la región extremeña -sin incluir entidades locales menores, ni pedanías--, sólo en 47 la corporación municipal está presidida por una alcaldesa. Un porcentaje que se sitúa en el 12,33%, y que está ligeramente por debajo de la media nacional. No obstante, estos datos también pueden tener su lectura positiva si son analizados desde un prisma evolutivo en el tiempo, ya que hace 28 años, en 1979, únicamente había cinco mujeres que ocupaban una Alcaldía en la comunidad extremeña. Por tanto, en estas tres décadas se puede constatar como una realidad, el importante avance experimentado por la mujer a la hora de incorporarse a la política municipal. De estas 47 alcaldesas, 29 desempeñan su cargo en municipios de la provincia cacereña y 18 en la provincia pacense. En Cáceres, 15 alcaldías están en manos del PSOE, 12 en concejalas del PP y 2 en ediles de partidos independientes. Por su parte, en Badajoz, 11 alcaldesas son socialistas, 4 populares y 3 independientes. Tesón, comprensión, cercanía y dedicación abnegada, es lo que ofrecen estas mujeres extremeñas con la vara de mando en sus manos. Algunas de ellas, han dejado entrar a HOY en sus despachos, para compartir sus vivencias y sus sensaciones. MARISOL MATEOS Alcaldesa de Valle de la Serena Marisol Mateos pasa por ser una de las alcaldesas más jóvenes de Extremadura. Con 32 años, esta diplomada en Magisterio y licenciada en Psicopedagogía reconoce que aterrizó en la política casi sin querer y de sopetón, pues ni siquiera había sido concejala en anteriores legislaturas ni había desempeñado ningún cargo relacionado con la política. «Estuve de directora en la Universidad Popular del Valle de la Serena, y fue de cara a las elecciones del 2003 cuando el PSOE me propuso encabezar la candidatura a la Alcaldía. Aunque nunca tuve aspiraciones ni motivaciones políticas, decidí aceptar el reto, salí elegida y a partir de ahí todo ha sido un no parar», afirma. Mateos recuerda que al principio de su mandato a sus vecinos les costó asimilar el hecho de que la Alcaldía la ostentara una mujer. Unas reticencias que, sobre todo, se concentraban en la población mayor: «La mayor parte de la población de Valle de la Serena son personas mayores, con un nivel de formación escaso y con trabajos precarios. Quizás fue a ellos a los que más les costó verme de alcaldesa. Incluso, hubo momentos en los que algunos hombres no entendían como una mujer podía tomar determinadas decisiones. Por eso, el primer año fue más bien de mentalización y de mostrar a los vecinos mi forma de trabajar pues, como se sabe, en este tipo de pueblos están a la orden del día los favores de los alcaldes de turno, y no ver eso en mí les costó asimilarlo». Tras ese primer año de toma de contacto, la alcaldesa empezó a calar entre sus vecinos, y no solo por el puesto que ocupaba, sino por su cercanía. «Durante este tiempo no he intentado ser la alcaldesa, sino simplemente Marisol. Una vecina más que no ha puesto ni tiempo ni horario para atender y ayudar a sus ciudadanos, ya que he estado a disposición de ellos hasta sábados y domingos. Y si tenía que estar echando una mano para hacer una carroza para la cabalgata de Reyes o tenía que ir a la casa de la cultura, pues allí estaba». En definitiva, un trabajo abnegado que en ocasiones ha acechado a su vida personal: «Cuando te vuelcas tanto en la política, como me ha pasado a mí, tienes que tratar de cuidar y dedicar a tu familia el poco tiempo que te queda, pues son tu verdadero apoyo». Al final, lo cierto es que sus cuatro años de trabajo como alcaldesa de Valle de la Serena, no solo han tenido repercusión entre sus vecinos, sino que también han calado en el contexto político regional. Y es que Mateos, es en estos momentos una de las políticas de moda de la comarca, sobre todo tras conocerse su inclusión en la lista de candidatos del PSOE a la Asamblea de Extremadura por la provincia de Badajoz, hecha pública por Guillermo Fernández Vara. Una noticia que no ha caído muy bien en Valle de la Serena, ya que esto impedirá a Marisol repetir mandato. «Veo que la gente está con pena porque no me presento. Pero bueno, aunque ya estamos hablando de otras cosas, es un orgullo que se fijen en la política de aquí para que tenga su reflejo a nivel regional», afirma. El caso es que la voz de Marisol se oirá casi con toda seguridad la próxima legislatura en la Asamblea de Extremadura, donde seguramente aterrizará con la esperanza de que en el hemiciclo extremeño la presencia femenina siga creciendo: «Hay pocas mujeres en política, y en ello influyen varios indicadores. O bien es que no nos interesa o es que realmente no nos dejan entrar en la política con la independencia suficiente. Tenemos una carrera de fondo por delante, a pesar de que ya hemos demostrado que somos capaces de hacer bastantes cosas en el ámbito de la política», señala. MAXIMINA DELGADO Alcaldesa de Fuente de Cantos El clamor de buena parte de los algo más de 5.000 vecinos con los que cuenta Fuente de Cantos, llevó a Maximina Delgado a la política. Licenciada en Derecho y abogada ejerciente, ya que a pesar de ser alcaldesa goza de una liberación parcial, esta mujer de 43 años decidió embarcarse en la difícil aventura de la política «debido a un movimiento ciudadano en Fuente de Cantos, que me pidió que me presentara». Tras tomar una «decisión un tanto precipitada» para encabezar la candidatura de la Agrupación Independiente de Fuente de Cantos, Delgado se encontró en mayo del 2003 como alcaldesa de su municipio, un cargo que en determinados momentos de legislatura «me he arrepentido de ocupar, al ver la responsabilidad que conllevaba». Maximina recuerda que «los comienzos fueron muy duros, ya que tuvimos que hacer frente a una deuda por un importe equivalente al presupuesto de un año. Y todo ello, teniendo en cuenta lo pésima que es la financiación de las administraciones locales, ya que siempre estamos a expensas tanto de las subvenciones de la Junta como de la Diputación». A pesar de las dificultades propias que heredó, y de un menor apoyo de las administraciones regionales o provinciales «por no ser un pueblo del PSOE», la edil se siente satisfecha con el trabajo desarrollado: «Al ver el resultado final de algunos de los proyectos que hemos realizado, parece que hemos hecho casi milagros». Precisamente, el hecho de que Maximina Delgado fuera propuesta por un movimiento ciudadano, le allanó más el camino de cara a tratar con los ciudadanos como una mujer alcaldesa. No obstante, también hubo sus excepciones: «La acogida, en general, fue muy buena, aunque siempre te encuentras con el típico señor al que le cuesta negociar contigo, por el hecho de ser mujer. Aunque bueno, seguro que peor lo tienen en otros países, como la India, donde nacer niña es estar prácticamente condenada a morir». Respecto al número de mujeres dedicadas a la política en Extremadura, Delgado sigue considerando que «hay poquísimas». Una circunstancia que explica en «el reto que supone el estar en política y, en ese sentido, creo que somos un poco apáticas». De todas formas, y en base a su experiencia, la alcaldesa fuentecanteña afirma que el secreto está «en conocerse mejor a una misma y tratar de estar en sitios donde no has estado nunca». Una labor, la política, que ella en su caso compagina «perfectamente con la vida en familia ya que, como suele decir el anuncio, las mujeres sabemos hacer varias cosas a la vez». Lo cierto es que le ha gustado tanto la experiencia de gobierno en su pueblo, que de cara a las próximas elecciones repetirá candidatura. Y lo hará de nuevo como independiente y en coalición con Ipex, después de haber dado calabazas a ofertas tanto del PSOE como del PP. BIBIANA FRUTOS Alcaldesa de Higuera de la Serena Una cuestión personal llevó a Bibiana Frutos a la política. Nacida hace 45 años en Higuera de la Serena, esta auxiliar de enfermería vivió durante varios en Madrid, desde donde regresó en 1995 al calor de su pueblo después de separarse de su marido, con el que tuvo tres hijas. En ese mal momento que pasaba, Frutos recibió el ofrecimiento de dos partidos políticos para ir en las listas, decantándose finalmente por la oferta del PSOE. Durante dos legislaturas fue concejala de Cultura y Mujer, siendo elegida alcaldesa en el 2003. Una corporación municipal la que quedó constituida en aquel año en Higuera de la Serena de tintes históricos, ya que de los nueve concejales elegidos, cinco eran mujeres (tres del PSOE, una del PP y una de IU, aunque ésta última poco después fue sustituida por un compañero). Una mayoría femenina que roza la unanimidad en el caso del personal municipal, con una secretaria general, una vedel, una agente de desarrollo local, una asistente social y una coordinadora de la Universidad Popular en la plantilla del Ayuntamiento. Respecto a su experiencia como alcaldesa durante estos cuatro años, Bibiana Frutos reconoce que ha vivido de todo: «La política es un trabajo que te tiene que gustar, pues quema mucho. De todas formas, te aporta bastantes satisfacciones, a pesar de que muchas veces con la gente que acude a ti tengas que hacer de psicóloga, de consejera, de gestoría .». Una entrega y proximidad que ha sabido valorar su pueblo, a pesar de las dudas iniciales que despertó entre algunos vecinos por su condición de mujer: «Al principio les costó asimiliar, sobre todo a las personas mayores, que la Alcaldía la ocupaba una mujer. Y yo creo, que chocaba incluso más a las mujeres mayores que a los hombres. De todas formas, al final tengo que decir que he recibido bastante apoyo del pueblo y eso es lo que me ha llevado a repetir en las próximas elecciones». Lo que si admite Frutos, es que a la hora de gestionar su Ayuntamiento, ha aplicado una fórmula bastante casera: «Gobernar tu Ayuntamiento es como gobernar tu casa. En ese aspecto, quizás, soy un poco puritana. Está claro que si tienes cien y gastas doscientos, mal vas, así que lo suyo es equilibrar la balanza». Precisamente, respecto al equilibrio de hombres y mujeres en cargos políticos, Bibiana también lo tiene claro: «Creo que debería haber más mujeres en política. Nos está costando entrar, pero de todas formas creo que cada vez seremos más y nos involucraremos más». En este sentido, y para que el acceso a la política sea fructífero, la edil de Higuera considera vital «el tener una pareja comprensiva, el tener una familia que te apoye y tener tiempo libre, ya que en esto de la política no tienes horarios». ROSARIO HONTORIA Alcaldesa de Aldehuela del Jerte La historia de Rosario Hontoria como alcaldesa de Aldehuela del Jerte es cuanto menos rocambolesca. Esta vecina de Plasencia y enfermera de profesión, recuerda que, a petición de su partido, el PP, accedió a encabezar la lista en este pueblo de 420 habitantes y a pesar de ser casi una desconocida, acabó obteniendo la mayoría absoluta. «Fue una sorpresa el encontrarme de alcaldesa de un pueblo en el que apenas había estado y, además, ser elegida con un apoyo tan unánime de gente a la que ni siquiera conocía. Al final, ha sido una grata experiencia el haber podido conocer por dentro la política a nivel rural ». Y es que Rosario, cuando accedió a la Alcaldía de Aldehuela, no era ajena al campo de la politíca, ya que de 1991 a 1995 fue concejala del PP en la oposición en el Ayuntamiento de Plasencia; posteriormente, con las competencias sanitarias en manos de los populares, fue directora de Enfermería de Atención Primaria en el Área de Salud de Plasencia, y en el mismo año 2003, además de ser investida alcaldesa, fue elegida diputada popular en la Asamblea de Extremadura. Una dualidad de cargos político que, como reconoce, lleva con suficiencia, incluso sin vivir en Aldehuela. «Yo sigo viviendo en Plasencia, que está a quince kilómetros de Aldehuela, así que voy y vengo todos los días. De todas formas, si hay algún problema y no estoy, tengo un teniente de alcalde que me sustituye allí». Hontoria señala que durante sus años de mandato en Aldehuela, «he tenido un trato muy bueno con los vecinos, que me aceptaron muy bien y con lo que no he tenido ninguna pega». Quizás, entre sus escollos de gestión, la alcaldesa lamenta las diferencias que hace la Diputación de Cáceres entre los pueblos «por su signo político». «Con estos sectarismos, a veces se hace difícil gobernar». Una tarea la de gobierno, a la que ésta recomienda a las mujeres que se incorporen: «Me parece muy mal que haya tan pocas mujeres en política, cuando está demostrado que tenemos la misma capacidad que los hombres y, además, somos más organizativas». Eso sí, para esta tarea reconoce haber tenido un apoyo importante en su pareja: «He contado siempre con la importante ayuda de mi marido, que siempre ha estado atento a mis dos hijas. Eso ha sido vital».