moriscos extremeños
Las órdenes de expulsión dictadas por Felipe II en 1609 y 1610 afectaron a numerosas comunidades de moriscos extremeños, entre las que destacan las de Hornachos, Magacela, Llerena y Benquerencia de la Serena. Fueron muchos los moriscos extremeños que buscaron hogares en Marruecos. Uno de los puertos de embarque era Gibraltar y algunos trataron de quedarse allí. En la otra orilla del estrecho, la plaza de Ceuta sirvió de paso a quienes iban al reino Alawita. Aprovechando la circunstancia de que esta ciudad pertenecía a la Corona de Protugal, ceñida también por Felipe III, fueron bastantes los que se quedaron en ella, asegurando que eran cristianos sinceros. De forma esporádica, algunos moriscos extremeños salieron de Marruecos y buscaron refugio en el Peñón de Vélez de la Goemra, una de las posesiones norteafricanas del Imperio Español.
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