La sociedad de cazadores de Zalamea ha celebrado una montería a la que concurrieron cazadores venidos desde puntos alejados de la región e incluso desde fuera de Extremadura. Varias realas partían hacia la sierra a las 10,30 de la mañana. La captura fue muy pobre pues sólo se cazó un labalí de pocos años. El autor del disparo fatídico fue Francisco Arévalo, un ilipense afincado en Madrid. Los cazadores esperaban más trofeos.