Monterrubio de la Serena, 2010
El sector de aceituna de molino es el único gran perjudicado por las lluvias en el campo. El mal estado del terreno ha paralizado la recogida en la Serena y los temporales van a reducir un 20% la cosecha que quedaba todavía en los árboles. La mecanización de la recogida, hoy día con tractores, no puede con los terrenos embarrados; las máquinas «se hunden en la tierra y no es posible trabajar», describe Juan Carlos Medina, de la sociedad cooperativa La Milagrosa, en Monterrubio de la Serena. La campaña, que empezó a mediados de noviembre, termina normalmente en febrero pero se prolongará hasta marzo debido a la inundación en los olivares. En principio se auguraba una buena cosecha pero se va a reducir finalmente el tonelaje, lo que producirá una subida del precio del aceite en toda España. El balance final es negativo según Medina, porque el alza de cotización no va a compensar la reducción de kilos y de calidad. Peor está siendo el problema en la zona de Jaén donde la temporada de recogida arranca normalmente un mes después que en Extremadura. Es decir, empiezan mediado el mes de diciembre; en las zonas olivareras andaluzas les ha pillado con menos trabajo hecho y el perjuicio va a ser todavía mayor. La aceituna de almazara es la única excepción a la alegría con que las lluvias de diciembre y enero están siendo recibidas por los agricultores y ganaderos. «Es que les ha pillado de pleno, en mitad de la cosecha», comprende Ignacio Huertas, secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores-Uce. En el regadío los perjuicios, bastante menores, son el retraso en algunos trabajos de poda en los frutales, y en labores de preparación de las tierras para la próxima campaña. Por lo demás la lluvia es «bienvenida». Está llenando los pantanos y prepara un buen período de pastos naturales para la ganadería aunque todavía hay que esperar a que el tiempo mejore. En la zona olivarera de Monterrubio, por contra, son «determinantes» las últimas lluvias, que han dañado buena parte de la cosecha al provocar la caída del fruto. Según las estimaciones de la cooperativa La Milagrosa de esa localidad, estas precipitaciones han modificado toda la planificación de la campaña de recolección de las variedades picual y cornezuelo, que pasarán de las previsiones iniciales de un 20% de crecimiento con respecto a la del año anterior a una reducción en el mismo porcentaje. En condiciones normales esta cooperativa recolecta durante la campaña aproximadamente seis millones de kilogramos de aceitunas de estas variedades, con los que se elaborarán 1,4 millones de kilos de aceite. Durante la campaña se recolectarán unos 700.000 kilos de aceitunas ecológicas.