Fusión Institutos, Castuera
La Consejería de Educación no se explica qué mosca le ha picado ahora a los sindicatos. De pronto, a final de curso, y con la evaluación final de los alumnos por medio, se echan a la calle y amenazan con una huelga en los días clave de junio. La primera entrega se produjo ayer. Un centenar de delegados de los seis sindicatos convocantes participaron en una animada concentración ante la sede central de la Consejería de Educación en Mérida, entretenida por Antonio Maqueda, profesor en el instituto de Alconchel que a cargo del megáfono divirtió a la parroquia e improvisó letrillas con la canción de Fórmula V "Eva María se fue". Era de once y media a doce y media de la mañana. A la misma hora, coincidiendo con el recreo de muchos centros, estaba convocado un paro de 60 minutos que fue un fracaso según los datos de la Consejería. La llamada del grupo sindical, formado por CSI-CSIF, PIDE, CC. OO., UGT, ANPE y STEX la escuchó sólo el 1,8 por ciento de los profesores, dicen esos datos. Del lado sindical se asegura que en cuatro de cada cinco institutos hubo algo de seguimiento, y que un 65 por ciento de docentes dejaron de trabajar durante esa hora. Mirando el teléfono Adrián Vivas, secretario regional de CSIF-Enseñanza y portavoz del comité sindical, esperaba entre ayer y hoy la llamada de la consejera de Educación, Eva María Pérez, para sentarse a dialogar. Es lo único que reclaman los sindicatos, empezar a hablar de la red de centros y posibles fusiones; también de la futura Ley de Educación de Extremadura en lo que afecta a los docentes, o poner sobre la mesa el diseño de plantillas para disminuir el número de alumnos por profesor, un acuerdo este último firmado en 2006 pero que no se ha concretado. Después de la concentración de delegados y el paro de una hora, los sindicatos se reúnen hoy en Mérida para analizar los resultados y ver si siguen con las movilizaciones, la próxima de las cuales sería una huelga en la primera quincena de junio, «algo que no deseamos» según Vivas. A nadie se le oculta la dificultad de convocar una huelga en estos momentos. No existe un ambiente precisamente de movilización en ningún colectivo laboral debido a la crisis económica privada y presupuestaria pública, y además torpedear la evaluación de junio tendría unas consecuencias tremendas que podría poner a las familias en contra de los profesores. Mientras en la Consejería cavilan sobre qué le ha podido pasar a los sindicatos, éstos sostienen que no podían hacer otra cosa: «Es nuestro deber salir», explica Antonio Vera, presidente regional del sindicato Anpe. Cuestiones pendientes una tras otra, como la revisión de plantillas o la reducción de horas de clase para los mayores de 55 años, ya comprometidas en los acuerdos firmados, se van posponiendo por la preparación de la ley autonómica de Educación «que le sirve de pantalla a la Consejería». Y salta en estos momentos, con retraso, el descontento con la fusión de institutos en Castuera (donde paró ayer el 75 por ciento del profesorado, informa Francisco Vázquez) y Llerena que de dos en cada localidad pasan a sólo uno. Poco ha contribuido a la calma según Anpe la promesa del nuevo director general de Personal Docente, Diego Gálvez, de que las plantillas orgánicas (la de profesores fijos, que excluye a interinos) se van a mantener «eternamente». ¿Y eso quién lo puede asegurar?, reaccionan los sindicatos a una. Aunque no desaparezcan puestos fijos, donde había dos jefes de departamento tras la fusión habrá sólo uno, los equipos directivos también se funden en uno. «Y todo esto sin contar con nosotros». Educación alega que la cuestión cae por su peso. En algunos sitios, y Llerena es el ejemplo, la bajada demográfica obliga a replantear efectivos. Este año pasarán de primaria a secundaria obligatoria 70 alumnos, pero es que dentro de dos años serán sólo 50. Muy poco para mantener abiertos dos institutos cuando además la nueva ley nacional educativa obliga a ofrecer a los chicos que terminan la secundaria (bachillerato) ocho optativas a fin de que puedan optar a cualquier carrera. «O fundimos los institutos, o ninguno podrá dar la oferta completa», defienden desde la Consejería. Si hay que modificar la red de centros y plantillas «se modifica», concede el sindicalista Vivas, «lo que pasa es que hay que verlo despacito, ver si es de verdad necesario o no».