La Serena, energía eólica
«Este es un pueblo dejado de la mano de Dios». El año pasado tenía 630 habitantes y ya está en 590, cuarenta menos. «La gente joven se va». Villarta de los Montes, en lo más este de la región, ya sueña con los 132 empleos de una nueva residencia de ancianos y un hotel rural de la mano de Iberdrola y Acciona, las compañías que van a instalar 34 molinos de electricidad eólica. Periféricos respecto a la zona centro de Extremadura, alejados de las grandes rutas de desarrollo y comunicaciones, los pequeños municipios en los que la Junta ha autorizado parques eólicos reciben la llegada de los grandes postes como una de las últimas soluciones al subdesarrollo. La Serena en el sureste de la provincia de Badajoz, Villarta-Alía en el este, y Gata en el noroeste de la de Cáceres serán las principales concentraciones de aspas al viento con 206 de los 243 molinos que se van a instalar en lo que todo indica es la primera tanda. El reino de las renovables La mayor densidad es la Serena con 101 distribuidos por las sierras de Santa Inés, Argallanes y del Oro, a caballo de los términos municipales de Peraleda del Zaucejo, Zalamea, Monterrubio, Higuera y Valle de la Serena. Antonio González, alcalde de Peraleda del Zaucejo, un feudo tradicional del PSOE gobernado ahora por el PP, sueña con una comarca en forma de gran herradura y paraíso de las energías renovables. Arrinconados contra una parte de la provincia de Córdoba tampoco famosa por su desarrollo, estos cinco municipios del sureste de Badajoz aguardan a que se vayan concretando las empresas que han prometido crear la firmas instaladoras de energía eólica. Pasarela de ofertas Al igual que los demás compañeros alcaldes, de esa zona y de otras elegidas para los parques, González ha visto desfilar empresa tras empresa que prometían el oro y el moro. «Nosotros hemos firmado con seis». Pero hay quien ha recibido hasta a 10 compañías eléctricas. Una de las demandas que van a satisfacerse en estas comarcas es la de centros para acoger a dependientes y tercera edad. «Aquí hay gente muy envejecida, emigrantes que han vuelto y sus padres están mayores». Los de Villarta han tenido que repartirse por residencias de otros pueblos, de Castilblanco, y hasta de Navalpino, en Ciudad Real. En pocos sitios la autorización de los parques eólicos ha caído tan bien como en esta localidad junto al pantano de Cijara. Alivio en Villarta «Estamos muy contentos», celebra José Fernández, teniente de alcalde en Villarta, localidad que va a ver sus alturas coronadas con 34 molinos. Han pedido a las empresas eléctricas una residencia de ancianos, y también van a poner un hotel rural, entre ambos 132 empleos anunciados. Maná para una población en la que «la gente joven se va» y el setenta por ciento de los vecinos supera los 65 años de edad. De mayo a octubre hay algo de faena, en los retenes anti-incendios, y luego nada. Es una zona agreste, arbolada, al pie del pantano de Cijara cuya desgracia es ocupar la cabecera en la cuenca del Guadiana a la que entrega agua cada vez que hace falta. «Sí, esto es muy bonito, pero no hay trabajo», sentencia el teniente de alcalde, que no ve problemas para el paisaje y el turismo. Un poco más al norte, en Alía, la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente ha autorizado un parque aislado de cierta potencia, 45 megavatios, proporcionada por 30 molinos eólicos que si se suman a los de Villarta (34) forman la segunda concentración que haya en toda la región. El caso de Gata Buscando otra de esas zonas intensivas de producción de electricidad mediante la fuerza del viento, que sería la tercera en densidad, llegamos a la Sierra de Gata. Es la única prevista en las sierras del norte cacereño. A diferencia de las áreas del este y sureste de Badajoz, se trata de un zona verde, fértil, de paisaje suave querido por las lluvias y con una industria en ciernes de turismo rural. En este caso los molinos previstos en los cinco parques autorizados son un total de 45, de los cuales 31 van a estar en Gata occidental y los otros 14 en Gata oriental. Hoyos, Perales del Puerto, Cilleros y Villamiel son las localidades afectadas por la cuerda de la Sierra de Santa Olalla buscada por las compañías eléctricas que invierten en renovable eólica y que han conseguido cuatro autorizaciones para otros tantos parques, mientras que más al noreste, en Gata oriental, habrá un parque distribuido en los términos de Gata, Santibáñez el Alto y Torre de Don Miguel. «Es en la zona baja» Las justificaciones que se escuchan del equipo municipal de gobierno de Villamiel son parecidas a las oídas en Villarta de los Montes: «Villamiel apenas tiene ingresos». Es otra zona apartada, a la que hay que ir, y en su caso aislada contra la frontera portuguesa y unos vecinos del otro lado que tampoco habitan una de las zonas más prósperas, ni mucho menos, del territorio luso. «A nosotros la concesión de los parques nos viene muy bien, estamos muy contentos», responde el teniente de alcalde de Villamiel, Gregorio Sánchez. Localidad de ingresos escasos, con los que lleguen por este motivo piensa abordar proyectos deseados como el arreglo de calles, la construcción de una residencia de ancianos «y alguno más», agrega enigmático el edil. «Aquí hay mucho parado así que estos trabajos les vendrán bien». En las cotas bajas ¿Pero no les preocupa que estropee el paisaje tan agradable de esta comarca? «No porque los molinos los van a poner en las zonas más bajas», corta en seco el responsable municipal de Villamiel. Por esta parte del noroeste cacereño entra una buena corriente de viento procedente de Portugal, país que también la aprovecha con sus propios molinos: «Desde aquí se ven». La Gata más al oeste, Eljas o San Martín de Trevejo, donde el viento sería más rentable, ha quedado preservada por motivos ambientales. Ni en Villamiel, ni en Cilleros, ni en tantos otros sitios, tienen totalmente claro qué empresas complementarias van a crearse finalmente bajo la exigencia de cuatro empleos por cada megavatio de potencia instalada. Son muchos expedientes, muchos proyectos los que han oído, y la información de cuáles llegan a buen puerto todavía es escasa. Igualmente hay en estos primeros momentos dudas de en qué sitios concretos van los molinos y si afectan, afean o molestan, más a unos municipios que a otros. Lo de las empresas y el empleo debe resolverse pronto porque antes del día 15 los promotores de los parques autorizados han de presentar a la Junta sus proyectos detallados. En Cilleros, dudas ¿Recibirán ellos el impacto visual, y Villamiel los beneficios de los ingresos por ser su término? Es una de las dudas que maneja desde Cilleros su teniente de alcalde, Jesús Pereira. El principal parque de molinos de la zona está dibujado sobre el mapa frente al núcleo urbano. «Estamos a la expectativa de ver cómo queda esto, pero nosotros esperamos la creación de ciento veinte puestos de trabajo nuevos». Además de eso las localidades beneficiarias recibirán un canon económico por cada megavatio, y por añadidura el ingreso procedente de las licencias de obra. REPARTO DE MOLINOS