Pantanos, Embalses, La Serena, Orellana la Vieja, lluvias invierno 2009-2010
Trece años después, la presa de Orellana abre hoy sus compuertas. Ya se veía venir en los últimos días. Las lluvias persisten y los niveles de los pantanos continúan subiendo. Por eso la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha dado luz verde a un desembalse en cadena en las grandes presas de la cuenca media. Desde 1997, año de la riada de Badajoz, no se conocía una operación similar. De forma escalonada, se arrojará agua al río a través de sus tres grandes pantanos de la comarca de La Siberia: Cíjara, García Sola y Orellana. Se sigue el sistema de vasos comunicantes. Cíjara alivia hacia García Sola (hoy a las cuatro de la tarde empieza este trasvase interno), García Sola vierte a Orellana (empezó ayer a las doce y media del mediodía), y finalmente Orellana abre hoy sus compuertas hacia al río a las doce y media del mediodía. Desalojará 200 metros cúbicos por segundo. De esta manera se intenta que el Cíjara baje su nivel para ganar capacidad y pueda digerir el agua que recibe por las lluvias y los arroyos. También se evita que el río tenga una subida brusca de caudal, según explicó ayer Eduardo Alvarado, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. «Buscamos la seguridad», sentenció. En la cuenca cacereña del Tajo la situación es similar a la del Guadiana. El pantano de Alcántara desembalsa desde la mañana del sábado. Hacía nueve años, desde 2001, que este embalse no tenía necesidad de aliviar agua. Fuentes de Iberdrola, que se ocupa de la producción de energía eléctrica en la central José María de Oriol, han señalado a este diario que no hay un cálculo establecido de qué cantidad de agua se va a desembalsar, ya que dependerá de la intensidad de las lluvias previstas para esta semana. Las decisiones en ambas cuencas se irán tomando en función de cómo evolucionen los próximos días. Desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana aseguran que estudian cómo se gana cada centímetro en los pantanos. Se valora el agua que cae por las precipitaciones, los cauces que entra por las correntías y cómo se digiere el agua en cada arroyo que nutre los cauces. Con esta situación, Extremadura acumula ahora más de la cuarta parte del agua embalsada en España. Muchas de las pequeñas presas llevan días hasta arriba. De hecho, en estos momentos 18 embalses de la cuenca media del Guadiana están desembalsando. El gigante de La Serena y el de Alange son los únicos que no lo hacen. Interés La evolución de los pantanos ha despertado mucho interés en las últimas semanas y en las presas se agolpan vecinos y curiosos para presenciar cómo se vomitan miles de litros de agua por segundo. En Villar del Rey, presa que abastece a Badajoz, es fácil encontrar en la carretera varios coches parados mientras hacen fotos. Los 52 metros de muralla se han quedado ya pequeños. Lleva varios días arrojando agua y se han abierto dos pequeñas compuertas circulares en la parte inferior. El ruido y la fuerza con la que sale el agua en la Peña del Águila, donde se ubica la presa, acerca a cientos de curiosos. «Esto parece una feria», resumía ayer un trabajador de la presa.