Castuera,
Tenemos un serio problema en Extremadura. La mitad de las calles por el día, y la gran mayoría por la noche, presentan un nivel de ruido importante o intolerable y superan los límites marcados por la Junta, advirtió ayer Pedro García Ramos, director general de Consumo y Salud Comunitaria. La situación es todavía peor alrededor de los hospitales públicos y residencias de ancianos, pues todas soportan un ruido máximo, intolerable según la normativa autonómica extremeña pues sobrepasan los 56 decibelios. El Mapa del Ruido ha venido elaborándose en los últimos cuatro años por el laboratorio de acústica de la Universidad de Extremadura y los resultados son espeluznantes si bien están matizados, como señala García Ramos, con el hecho de que los extremeños estamos acostumbrados al parecer a este estruendo. El problema principal es el tráfico rodado. Los profesores del departamento de física aplicada, mediante un convenio que tienen con la Consejería de Sanidad y Consumo, han venido midiendo minuciosamente desde el 2004 los ruidos diurnos y nocturnos en 120 calles de 14 poblaciones diferentes. Don Benito, la peor El resultado es ese: durante el día la mitad de las calles, y por la noche la gran mayoría ven destrozados los límites que marca la normativa autonómica, y si lo que se utilizan son las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el balance es todavía peor pues todas los superan. En conjunto, sumando día y noche, la ciudad más insoportable es Don Benito según la medición hecha en siete de sus calles (procuraron mezclar las a priori ruidosas con las que no), pues de 200 puntos totales que sería lo peor, alcanza 186. Por el día el 72% de sus vías urbanas presentan un ruido intolerable, más de 61 decibelios, y por la noche lo mismo (51 decibelios); ruidosas (58 y 48 db respectivamente) son el 14% de ellas por el día y 28% por la noche. En ninguna calle por la noche el sonido el admisible que sería el grado más bajo, y por el día sólo en el 14% resulta poco ruidoso. Después, Mérida Por la noche Mérida casi iguala a Don Benito en incomodidad, con la mitad de sus seis calles analizadas en estado «intolerable» y el resto ruidosas, ciudad que queda también segunda en la clasificación general como peor con 150 puntos sobre 200; Mérida sin embargo ofrece un 17% de vías públicas que por el día son admisibles. Empatada a 150 queda Villanueva de la Serena que en el 75% de sus cuatro calles de medición está intolerable o ruidosa. Badajoz La ciudad más grande de la región, Badajoz, es la cuarta más incómoda por ruidos según este estudio, con 135 puntos. Por el día el 51% de las 12 calles y plazas analizadas están en mala situación (el 42% son intolerables, el mayor porcentaje junto a Don Benito), mientras en el 49% el ambiente es poco ruidoso o admisible. Por la noche la situación empeora en Badajoz y mucho. En el 75% de las calles se escucha un sonido intolerable, es el peor dato de toda la Comunidad extremeña, y en otro 9% ruidoso mientras un 16% es afortunado como poco ruidoso. Tras Don Benito, Mérida, Villanueva y Badajoz, ¿cuál es la quinta ciudad más incómoda por los ruidos? ¿Cáceres? No, es Zafra con 115 puntos negativos sobre 200, y sólo a continuación vienen Plasencia y Cáceres que pese a su tamaño son relativamente más cómodas en este problema con 114 y 97 puntos respectivamente. En Cáceres seis de cada diez calles (y se estudiaron 36) presentan buenos niveles diurnos y por la noche algo menos, sólo cuatro, y en Plasencia la situación es buena por el día con siete de cada diez poco ruidosas o admisibles, pero la jarana nocturna lleva a que casi nueve de cada diez se conviertan en intolerables o ruidosas. A continuación con 86 puntos se situaría Almendralejo y el resultado de Navalmoral es bueno aunque poco representativo pues sólo se ha medido el ruido en una calle. Otras localidades examinadas fueron Coria, Trujillo, Miajadas, Castuera y Arroyo de la Luz. Problema de salud El responsable regional de Salud Comunitaria, García Ramos, ha señalado que el ruido se está convirtiendo en un nuevo problema de salud en Extremadura, importante en las grandes ciudades. Esta exposición crónica y progresiva exigirá seguramente en el futuro estudios clínico-epidemiológicos. Son los ayuntamientos los competentes para arreglar el problema aunque no es fácil.