Autovía de Levante
En el caso de la autovía Extremadura-Valencia ha sido un «error administrativo» que se olvidó de un arroyo; en la Badajoz-Granada un «cambio legislativo» que en este caso obligó a consultar a más organismos públicos. El resultado son retrasos en dos carreteras importantes con las que la región mira al Levante y sureste español. En el Ministerio de Medio Ambiente se amontona el trabajo extremeño. Tiene que decidir sobre la refinería Balboa pero también emitir un dictamen sobre esas autovías, A-43 y A-81 respectivamente, que paradójicamente en Castilla-La Mancha y Andalucía van bastante más avanzadas. El director general de Infraestructuras, José Sánchez, tuvo que limitarse ayer a explicar que ambas carreteras siguen pendientes de la declaración de impacto ambiental, ante la pregunta que el diputado del PP Víctor del Moral le hizo en la comisión de Fomento, de la Asamblea de Extremadura. A la vista de la falta de noticias Del Moral pronostica que la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero, 2008-2012, terminará sin ninguna obra de autovías a excepción de la Trujillo-Cáceres. Ese arroyo El proyecto Extremadura (Torrefresneda)-Valencia (los últimos kilómetros hasta esa capital discurren por la A-3 Madrid-Valencia), después de muchas discusiones por si iba por el norte o por el sur de la provincia de Badajoz, exigió un nuevo estudio informativo que salió en 2007 a información pública, pero el según José Sánchez «error administrativo» de olvidar el arroyo Fresnedillas ha obligado a modificar el estudio informativo ya aprobado, que finalmente ha sido enviado al Ministerio de Medio Ambiente. A la espera de que este último emita su declaración de impacto ambiental, que puede demorarse hasta un año, el Ministerio de Fomento prepara la redacción de los proyectos de construcción que se harán «inmediatamente después de la declaración, y si puede ser un poco antes pero siempre respetando la ley». En cuanto a la autovía A-81 Badajoz-Córdoba-Granada (que entrando en la provincia de Córdoba desde Azuaga mejora y es vía rápida) el problema en julio de este año ha sido según José Sánchez un «cambio legislativo» que ha obligado también a retrasar el estudio informativo, para consultar a un par de organismos oficiales que no habían sido tenidos en cuenta por Fomento. Finalmente el mes pasado el estudio, con todas las alegaciones completas, ha entrado en el Ministerio de Medio Ambiente para que emita declaración de impacto previa a las obras. En resumen ha habido «contratiempos» en ambos proyectos «pero no están paralizados», defiende el director general de Infraestructuras de la Junta.