Aceitunas solidarias, Puerto Hurraco
Vareando los olivos tres días por una causa solidaria. Parece un proyecto insólito, pero para los vecinos de Puerto Hurraco y Monterrubio de La Serena es una tradición. Cada año, y gracias a la colaboración de los olivareros de la zona, recolectan aceitunas, las venden y usan los beneficios para ayudar a los más necesitados. Un año más, y ya van seis, el campo de trabajo "Aceitunas Solidarias", que se ha desarrollado los días 2, 3 y 4 de enero, ha vuelto a resultar un rotundo éxito, tanto por el altruismo de los olivareros que ceden parte de la producción, como por la participación de los voluntarios que durante estos días han logrado recolectar alrededor de 8.000 kilos de aceitunas. Esta acción, fruto del compromiso adquirido por la Asociación de Vecinos de Puerto Hurraco y el sacerdote Máximo Duran, con la ONG italiana "Operación Mato Groso" consiste en recoger las aceitunas cedidas por los propietarios de los olivares y contribuir con el dinero que se obtiene de su venta a mejorar la calidad de vida de los niños y las familias que habitan en las zonas más remotas y olvidadas de Perú. Este es el objetivo de esta iniciativa que abanderan los propios vecinos de Puerto Hurraco, una pequeña población de La Serena extremeña de apenas 100 habitantes que tiene en la solidaridad y la hospitalidad sus señas de identidad más preciadas. El espíritu solidario de esta pedanía dependiente del municipio de Benquerencia de La Serena queda plasmado en la extraordinaria acogida que sus vecinos dispensan a los voluntarios del campo de trabajo desde el mismo momento en que llegan al pueblo. Ellos son los encargados de hacer que estas jornadas de cooperación discurran en un buen ambiente de familiaridad, preparando las comidas que comparten después con los participantes y de proporcionarles el hospedaje, incluso alojando a los voluntarios en sus propias casas si es necesario. Las jornadas de trabajo, en las que han participado voluntarios de todas las edades provenientes de diferentes puntos de la geografía extremeña e incluso de la comunidad andaluza, comienzan a las ocho de la mañana con un desayuno colectivo que a la vez sirve para planificar el trabajo y organizar las cuadrillas. Desde su puesta en marcha en el año 2006, "Aceitunas Solidarias" ha llevado a cabo diferentes iniciativas de Cooperación al Desarrollo en la Sierra Andina de Perú, enviando libros, material escolar y gafas, e invirtiendo en proyectos sociales y culturales, como la construcción de un jardín de infancia, varias vaquerías y una escuela. Con el dinero obtenido en esta sexta edición del campo de trabajo esta previsto acometer la edificación de una fabrica de tejas.
