Autovía de Levante
Diez años en los presupuestos y aún no se ha movido nada de tierra. Esa es la realidad de la autovía A-43, que unirá Extremadura con el Levante sin necesidad de ir a Madrid. Las posturas enfrentadas sobre su trazado, además de la aparición de otras prioridades, hacen que esta vía sea todavía un ilusión en la región. Sin embargo, en Castilla-La Mancha, casi todos los tramos previstos ya son una realidad desde hace tiempo. Lo desveló hace unos años la entonces consejera de Fomento de la Junta, Leonor Martínez Pereda. La autovía, antes llamada A-42, tiene su sitio en los Presupuestos Generales del Estado desde el año 1998. Entonces, se reservaban 6.000 euros para comenzar los trabajos, con el estudio informativo. Diez años después, las cuentas para 2008 destinan algo más, 96.000 euros. Entre medias, una década de desencuentros y silencios oficiales. La autovía al Levante siempre ha sido una vieja reivindicación de Extremadura, incluso desde antes de que se pudiera hacer el trayecto por carretera nacional. En el año 2002 comenzaron las obras para comunicar Badajoz y Ciudad Real a través de carretera nacional por el embalse de García Sola y evitar las curvas de Herrera del Duque o el Puerto de los Carneros. En principio, este tramo no parecía muy necesario, ya que al mismo tiempo se anunciaba que se iniciaba el estudio informativo de la autovía. Sin embargo, funciona desde el 2005 y parece que va a seguir siendo de utilidad muchos años, ya que ni siquiera está claro que la A-43 vaya a circular por allí. En cuanto se supo que iba a haber autovía, surgieron las diferencias. Un grupo de alcaldes, liderados por el de Villanueva de la Serena, además de empresarios y grupos sociales de la zona, proponían el desdoblamiento de la N-430, quizás con algunas pequeñas variaciones, como rodear Don Benito y Villanueva por el sur en vez de por el norte. También por el sur Asimismo, se creó otra plataforma que reivindicaba lo que se llamó el corredor sur. Se trataba de que la autovía transcurriera por La Serena, pasando por las cercanías de Castuera, para salir de la región por el Valle de los Pedroches y Puertollano. El Ayuntamiento de Don Benito estaba en este bando. A pesar de las disputas, lo cierto es que en enero de 2003 ya había estudio informativo y de impacto ambiental, con trazado definido. Es decir, los trámites estaban más avanzados hace cuatro años que ahora. Este itinerario discurría a través el recorrido natural de la N-430, por las Vegas Altas hasta llegar a La Siberia, y de ahí hasta Ciudad Real. Prácticamente, la opción norte. Las reacciones no se hicieron esperar, y una y otra plataforma se movilizaron para defender lo que consideraban sus legítimas aspiraciones. La divergencia de las posturas hizo que la decisión final se fuera retrasando hasta el fin de la legislatura. El nuevo Gobierno del PSOE vino con un nuevo plan de infraestructuras debajo del brazo, el llamado PEIT. En él, sorpresa, se elegía el trazado sur, con la consiguiente alegría para unos y decepción para otros. Asimismo, Zapatero acordó con la Junta castellano-manchega que la autovía transcurriera por el sur de la provincia de Ciudad Real. Sin embargo, la delegada del Gobierno insistía en que todavía no había una decisión tomada. Curiosamente, los representantes de una y otra plataforma aseguraban cada vez que salían de reunirse con Carmen Pereira que ésta les había dado la razón. Estudio global A falta de una decisión final, lo que hizo el nuevo Gobierno socialista fue paralizar los dos estudios entre Badajoz y Ciudad Real para hacer uno global. Lo que en la práctica significó un giro al principio; hubo que volver a redactar toda la burocracia. En marzo de este año, los nuevos papeles volvieron a salir a la luz para la fase de alegaciones, con una gran novedad. A las dos opciones conocidas se unía una tercera, bautizada como centro. Sería una variación de la sur en la que se rodeaba Don Benito y Villanueva por el norte para evitar la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) que allí se encuentra. El penúltimo capítulo de esta historia interminable se vivió hace dos semanas. Entonces, el director general de Infraestructuras y Agua, José Ignacio Sánchez, aseguró en la Asamblea de Extremadura que «en breve» se conocerá el trazado de la vía. Si es cierto, se pondrá fin a un proceso que ha tardado nada menos que diez años. Será tiempo para licitar los proyectos, las obras, y por fin, de que las máquinas empiecen a funcionar. Previsiblemente, esto último no sucederá antes del año 2010. Los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene contemplan partidas para pagar los 154.000 euros que cuesta el estudio informativo hasta el año 2009. A partir de entonces, se presupuestarán las obras.