Quintana de la Serena
Hace más de 40 años Isidoro se subió a un camión. Quería ganarse la vida como transportista y empezó con un Ebro 400 de morro largo que le compró a su padre por poco más de 150.000 pesetas de entonces. Empezó transportando bordillos de granito para la construcción de los pueblos de colonización de la comarca. Las carreteras y los vehículos de aquella época no tienen nada que ver con los de ahora, pero su empeño es el mismo. Su empresa cuenta con casi una veintena de vehículos que recorren España y parte de Europa.