La persona que lleve cierto tiempo sin visitar Cancho Roano se verá gratamente sorprendida, porque a la amenidad del paisaje se une ahora un monumento grandioso. Se ha recuperado más de la mitad del edificio anterior, teniendo en cuenta la dificultad que supone hacerlo con el edificio actual encima. Fuera, se han excavado los pasillos perimetrales en donde de han recuperado numerosos objetos ofrendados a las puertas de las capillas, aunque, sin duda lo más espectacular de la campaña ha sido la excavación del foso que rodea al monumento por sus cuatro lados, con 120 metros de largo, una anchura media de 5 metros y una profundidad de hasta 4 metros, lo que ha contribuido a dotar el yacimiento de una nueva monumentalidad.