Embalse de La Serena, La Serena, embalses
La cuenca hidrográfica se tomó ayer un respiro. Febrero ha sido el mes más lluvioso de los últimos 20 años y marzo se presenta con idénticas perspectivas de agua. Por ese motivo, una hipótesis, una quimera hace cuatro meses, empieza a tomar forma. La presa de La Serena, el gigante de los embalses extremeños y el segundo de Europa, se prepara para aliviar agua en las próximas horas si el tiempo no falla. Meteorología anuncia desde la tarde de hoy y hasta el mediodía del domingo más lluvia y las otras grandes presas ya están desembalsando desde hace una semana. Localizado sobre el río Zújar, esta impresionante infraestructura hidráulica que inauguró en 1990 se encuentra al 83% de su capacidad. En cifras concretas, tiene almacenados casi 2.660 hectómetros cúbicos sobre un máximo posible de 3.219,2 que, lo pide el sentido común, nunca llegarán a alcanzarse. «Por encima del objetivo de embalsar está la seguridad. Esa es la prioridad absoluta», avanza Eduardo Alvarado. El presidente de la Confederación del Guadiana explica que «estamos reteniendo la mayor cantidad posible de agua, pero las grandes presas, tanto las de las cabeceras del Guadiana (Cíjara, Orellana y García de Sola), como la del Zújar (Zújar y La Serena) están alcanzando su máximo nivel». De hecho, aunque entre Orellana y Zújar se están desembalsando entre 550 y 600 metros cúbicos frente a los 1.000 del fin de semana y el Guadiana "sólo" pasa por Badajoz con 1.381 metros cúbicos por segundo frente a los 2.400 de pico máximo de hace unos días, cada vez hay menos espacio para «el resguardo de agua», corrobora Alvarado. Los próximos tres días serán «claves» para dilucidar si abre la presa de La Serena, que vertería al río Zújar y, de ahí, al Guadiana. «Todo se hará con la máxima eficacia. Hay que estar tranquilos», concluye. La única presa de la cuenca que no tiene excesos es Alange: está al 60%.