La Serena-embalses
La escasa cantidad de lluvia caída desde septiembre aún no se nota demasiado en los pantanos, pero sí comenzará a pasar factura si la próxima primavera continúa la tendencia iniciada en otoño. Por el momento las reservas de agua existentes en los embalses y pantanos de la cuenca hidrográfica del Guadiana se sitúan en el 55,1%, apenas 4,8 puntos por debajo del 59,9% que había en febrero del pasado año 2007. Esa variación se obtiene después de comparar las ganancias y las pérdidas en la red de pantanos de la provincia, cuyo volumen de agua acumulada no ha variado de forma significativa durante los últimos doce meses. El principal exponente de este fenómeno se encuentra en el embalse de La Serena, que es el más grande de todos cuantos existen en territorio pacense. A día de hoy está ligeramente más lleno que en febrero del año pasado, toda una garantía para los regadíos de las Vegas Altas. El segundo pantano en tamaño es el de Cíjara, que también ha ganado un 3% de agua con respecto a febrero del año pasado, un síntoma de que las cosas tampoco van mal allí. Esa tendencia no se da en el tercer y el cuarto pantano más grandes de la provincia, que son los de Orellana y Alange: del primero se ha sacado el 20% del agua que acumulaba el año pasado mientras que el segundo ha sufrido un descenso próximo al 4%. Mejor en Badajoz Con los datos actuales, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha dejado claro que el suministro está garantizado en toda la provincia tanto este año como el próximo, previsión que se amplía en la ciudad de Badajoz y su entorno gracias a las excepcionales condiciones que se dan en la presa de Villar del Rey, que aún tiene agua para cubrir la necesidad de la capital de provincia y del resto de localidades a las que abastece hasta 2010. Esa suficiencia no le impide reconocer que en algunos puntos de la provincia puede haber problemas de abastecimiento, un fenómeno que se da actualmente en la pedanía pacense de Alvarado, cuyas viviendas se surten de un pozo del que se extrae agua que no es apta para el consumo humano. «Nosotros disponemos de agua para llevarla a Alvarado, el problema es que no existe la infraestructura necesaria para hacerlo». Calleja recuerda que la responsabilidad de acometer ese tipo de obras depende de los ayuntamientos, puesto que la Junta de Extremadura y el Estado sólo financian las obras de canalización cuando se producen situaciones especiales que lo hacen aconsejable, tal y como ocurrió con el anillo que rodea desde hace años la ciudad de Badajoz y que se encarga de distribuir el agua tanto a la capital de provincia como a otros pueblos y pedanías de su entorno.