Romería Piedraescrita
GERENTE DEL PATRONATO DE TURISMO DE LA DIPUTACIÓN DE BADAJOZ Pasados los desfiles procesionales, pero directamente relacionados con ella, cuatro fiestas populares, cuatro Fiestas de Interés Turístico Regional de Extremadura, cuatro pueblos extremeños manteniendo sus tradiciones, cuatro lugares para escoger en nuestro próximo viaje. EL CHÍVIRI Trujillo Qué decir sobre la monumentalidad de Trujillo, sobre la belleza de sus recoletas y empinadas calles, sobre la amabilidad de sus gentes? Seguramente serán muchas las veces que habrán estado en Trujillo, o pensado en ir. Pero, si de verdad desean conocerlo y compartir la alegría desbordante de su particular Domingo de Resurrección, madruguen y aparquen bien su coche, y compartan con las trujillanas y trujillanos su Chíviri. No pregunten que significa esta palabra. Canten su famoso estribillo: «Ay! Chíviri, chíviri, chíviri. Ay! Chíviri, chiviri, chon» e incorpórense a la fiesta y bailen, bailen hasta la extenuación, junto a sus pobladores, ataviados con trajes de pastor y pañuelo rojo al cuello ellos, o con el bello traje de refajo picado y polleras de sus mujeres; refrescando el calor ambiente y emocional con el vino de pitarra de la zona, que corre por los gaznates de todos. Luego, otra vuelta por Trujillo, para ver sus monumentos y comer en sus buenos bares y restaurantes, nunca estará de más. LA CARRERITA Villanueva de la Serena Una de las últimas en ser declarada Fiesta de Interés Turístico Regional de Extremadura, oficialmente apenas hace unos días. Villanueva de la Serena, en la comarca de las Vegas Altas, centro comercial de gran importancia, celebra desde inmemoriales tiempos, la procesión de La Carrerita, el domingo de Resurrección. En el marco de su bellísima plaza mayor, adornada por los edificios del Ayuntamiento y de su iglesia parroquial de la Asunción, miles de villanovenses y visitantes esperan, entre una mezcla de fervor y ansiedad, el momento en que se produce La Carrerita. Al amanecer se realiza el sorteo de los cuatro portadores del paso de la Virgen de la Aurora; por lo que, al ser distintos cada año, no hay ensayos previos y cada año es una sorpresa su discurrir. Una vez que el Hermano Mayor, llevando el pendón de la Cofradía, divisa la imagen del Cristo Resucitado, ordena a los porteadores que comiencen rápida carrera al encuentro del Cristo, entre el estruendo de aplausos y griterío del público concentrado. Acompañados de la banda de música, las dos imágenes vuelven a la iglesia parroquial. ROMERÍA DE LA VIRGEN DE PIEDRAESCRITA Campanario Estamos en el lunes de Pascua. Estamos ante la Virgen barranquera, ante una de las Patronas de la comarca de La Serena, en un valle en el que se alza su ermita de columnas graníticas y de amplios horizontes. La Virgen de Piedraescrita recibe su singular nombre, según cuenta una leyenda del s. XIII, porque su imagen apareció bajo un ara funeraria romana escrita, claro, en latín. De ahí, a denominarla con este nombre, un paso. En el lugar donde se encontró se erigió la ermita, hasta donde acuden miles de romeros de Campanario y de la comarca. Puntos importantes de esta fiesta son el desfile de las carrozas y carretas, bellamente engalanadas desde mucho tiempo antes por peñas y grupos de amigos, que rivalizan entre sí y ante el jurado que dictaminará cuáles son los ganadores. Haya suerte o no, todos saldrán en luminosa y espectacular caravana, hacia Los Barrancos, hacia la ermita, donde, después de la misa, todos los allí reunidos darán buena cuenta de calderetas de cordero, de la típica empanada, de los quesos de La Serena y de los jornazos que sirven de postre a una comida campera, alegre, que entre música y bailes, a la caída de la tarde los va acercando al pueblo... donde seguirá la fiesta. LAS CARRERAS Arroyo de la Luz. Algún sesudo antropólogo tendrá que explicarnos el por qué de tantas carreras en los actos festivos de tantos pueblos extremeños como las celebran. Aquí, en Arroyo de la Luz, son el lunes de Pascua, a caballo y en honor a su Patrona, la Virgen de la Luz., recordando las carreras persiguiendo a los moros; que según dice la leyenda son para recordar una victoria en la casi eterna lucha entre cristianos y musulmanes; allá por el año 1229, con el rey Alfonso IX de León al mando... pero con la intercesión fundamental de la Virgen para ganarla; en el lugar conocido como Pozo de las Matanzas. Desde entonces, los arroyanos la festejan con actos religiosos, con una impresionante procesión desde la iglesia parroquial de la Asunción ( S. XV-XVI, cuyo Retablo Mayor es Monumento Histórico-Artístico Nacional, con veinte tablas pintado por el divino Luis de Morales), hasta la ermita de la Virgen de la Luz, acompañados y adornados con banderas, estandartes, insignias, pendones... más carrozas y caballerías. Caballos bellamente enjaezados lanzados al galope, y con gran habilidad, por la calle de La Corredera, ante el delirio de la gran muchedumbre de asistentes. La adrenalina se dispara entre los caballeros y los caballos, entre la infantería de espectadores cuando las veloces carreras se van produciendo, una y otra vez, en la improvisada pista de carreras de esta calle. Luego llega la tranquilidad, porque es preciso realizar la procesión de regreso hasta la parroquia, y luego, entregar los premios a jinetes y carrozas. Tres días después, la imagen de la Virgen se trae al pueblo, donde permanece nueve días más, hasta que vuelve a su hogar... y se celebra una romería.