Cancho Roano, tartesos, Zalamea de la Serena
Las paredes construidas con adobe del yacimiento tartesico de Cancho Roano, están siendo gravemente dañadas y erosionadas por el agua que cae directamente y de manera continua de la cubierta protectora. En un principio parecían filtraciones de agua, por lo que la solución simplemente estaría en averiguar el lugar en el estuviese la rotura y repararlo. Sin embargo se ha podido comprobar, que las goteras se producen al calentarse el material con el que está construida la mencionada cubierta después de que se haya helado por la noche o por la escarcha acumulada, por lo que la solución es más compleja de lo que parece. No es necesario que llueva para que se produzca este efecto que se mantiene prácticamente durante todo el día. En algunas zonas se están abriendo grandes grietas al estar continuamente cayendo las gotas por este efecto de lluvia que se produce en el interior del recinto. Esta situación está preocupando a los responsables del mantenimiento de este monumento, de hecho un grupo de técnicos de la Junta de Extremadura ha visitado el lugar para estudiar el problema e intentar darle una solución, puesto que son muchos tramos de las paredes las que ya están gravemente afectadas. De continuar así la situación, algunos de los delicados muros de adobe del monumento tartésico más importante de la Península Ibérica, podrían incluso abrirse en dos o desplomarse debido a la humedad. El buen estado de conservación de Cancho Roano, se debe precisamente a que ha estado durante más de 2.000 años enterrado bajo tierra, sin embargo una vez se realizaron las excavaciones y se puso en valor, se cerró con una cubierta para evitar que la lluvia y el viento erosionasen y destruyesen sus muros, sin embargo este fenómeno está afectando al santuario gravemente por lo que se debe tomar una medida urgentemente.