Campanario
CAMPANARIO vibró un año más con la romería en honor a su patrona y que a la vez lo es de la comarca de La Serena, la Virgen de Piedraescrita. Una fecha marcada en rojo en el calendario de los campanarienses, que presumen de una romería que además goza del sello de Fiesta de Interés Turístico Regional. El sol radiante que lució durante la jornada, aderezado, no obstante, con cierto aire fresco, fue una acicate más para que las calles de Campanario se inundaran de colorido con el vistoso desfile de carrozas, que luego dio paso a una jornada campestre en los alrededores de ermita de la Virgen de Piedraescrita, a la que se apuntaron además cientos de vecinos de poblaciones de las comarcas de La Serena y Vegas Altas. Precisamente, uno de los principales atractivos de la fiesta es el citado desfile, donde la participación este año fue de diez carrozas. Una carrozas que antaño se hacían en carretas tiradas por mulas y decoradas con ornamentación natural, y que en la actualidad se realizan en remolques que luego son tirados por tractores. Año tras año la calidad de las carrozas va en aumento, y en esta ocasión éstas volvieron a mostrar una gran calidad estética. El trabajo hasta conseguir el resultado final es laborioso, ya que tras elegir el tema sobre el que versará la carroza, es un carpintero o herrero el encargado de hacer el molde o la estructura de madera o de hierro. Luego, ésta se va cubriendo con flores de papel de diversos y llamativos colores, que se pegan una a una con pucha (mezcla de harina y agua). Un trabajo que realizan los más jóvenes, a veces ayudados por sus propios padres, en corralones de la localidad y que les lleva varias semanas de elaboración. Ayer, día de la romería, eran los niños y jóvenes, aunque también algunos adultos, los que iban subidos entonando letras de canciones que se componen para esta jornada y que adentran a los participantes en la fiesta de lleno. A las diez de la mañana, el pueblo y miles de visitantes se concentraron en la plaza de España y el parque de la Constitución para contemplar el desfile de carrozas, carretas y caballerías que pasaron dos veces por delante del jurado que se encargó de puntuar desde el balcón del Ayuntamiento a las mejores realizaciones. Ganadores La carroza ganadora fue la titulada El mar y los delfines, después de discutir mucho el jurado por la igualdad de las participantes. Segunda clasificada fue Esplendor hindú; tercera Un mundo de colores; cuarta quedó Cuento de Aladino; en quinta posición acabó La casa del caracol. El jurado determinó que la sexta clasificada fuera la carroza titulada Setas mágicas; la séptima fue Egipto; la octava la que hacía alusión al conocido programa televisivo del corazón y se titulaba Adiós al tomate; la novena fue Empleitería, y la décima Caseta rociera. A continuación, desfiló la caballería. En Campanario hay mucha afición por los caballos. De hecho, en el desfile es uno de los aspectos que más gusta a la gente. Las monturas, entre caballos, mulas, burros e, incluso ponis, se engalanan para la ocasión en los días previos. Los jinetes, ataviados con los trajes típicos, adornan las crines y las colas de sus caballos con cintas de colores. Luego, los mejores realizaron bailes, ejercicios y cabriolas ante el balcón del Ayuntamiento con el fin de llevarse el favor del jurado, pues también se reparten premios entre ellos. Este año, también hubo un premio al mejor carrito extremeño a la antigua usanza, así como premios a los burros participantes con caídas. Las carrozas y los mejores jinetes se repartieron casi 19.000 euros en premios. Todas las carrozas tuvieron premio: la ganadora se llevó 1.850 euros; la segunda, 1.780; la tercera, 1.720; la cuarta, 1.690; la quinta, 1.660; la sexta, 1.630; la séptima, 1.610; la octava, 1.600; la novena, 1.580; y la décima, 1.560. Otros premios La mejor pareja adulta en traje regional extremeño y en caballería engalanada con caídas se llevó 300 euros; el mejor conjunto jinete-caballo recibió 260 euros; el mejor jinete ganó 90 euros. En categoría infantil hasta 15 años, se repartieron los mismos premios de jinetes, pero aquí en vez de carritos se galardonó al mejor burro con caídas, con 150 euros, y hubo accésit de 25 euros a los burros participantes. En esta ocasión no hubo puntuaciones, sino que el jurado decidió darle la posición en la clasificación directamente. Este desfile provocó un gran jolgorio y mucha diversión en la plaza de España, que cada vez se llena más para admirar este colorido espectáculo. Terminada la exhibición, los romeros se encaminaron hacia la ermita de Piedraescrita, junto a la que se vivió una jornada campestre y los campanarienses hicieron gala de su hospitalidad invitando a los visitantes que pasaban por sus chiringuitos a chuletas y vino de pitarra. Los premios se entregaron en la ermita, de la que la Virgen salió en procesión por los alrededores de su santuario, y a la que volvió para recibir durante el día a cientos de romeros.
