Castuera
Yo no puedo depender de si hay crisis o no», advirtió José Mateos que, con 26 años, está dispuesto a comerse el mundo con una prometedora empresa de ingeniería de automatización y robótica que ya ha empezado a hacer incursiones comerciales en Estados Unidos y Sudamérica. El joven, promotor de la empresa IADEX, fue uno de los emprendedores que participó ayer en el IV Encuentro de Imaginación y Financiación "La Pasta", organizado por el Gabinete de Iniciativa Joven, durante el que se reunió con responsables de entidades financieras y de capital riesgo con capacidad para invertir en nuevos proyectos. La idea del encuentro es muy sencilla: jóvenes con buenas ideas y proyectos empresariales imaginativos exponen ante las financieras las bondades de sus proyectos con el fin de convencerles para que les dejen el dinero que necesitan para poder comenzar. Pedro Granado, director de Consultoría Financiera de la Empresa Nacional de Innovación, advierte que el momento económico al que se enfrentan los jóvenes emprendedores no es fácil, pero también destaca que hay proyectos que tienen cabida en el mercado en situaciones de crisis, y la clave es «no amilanarse». Ante la crisis Pero ¿crisis? ¿qué crisis?, señalan los jóvenes participantes en el encuentro con empresarios celebrado en el Palacio de Congresos de Badajoz. Se trata de buscar «una oportunidad», coincidieron en señalar la mayoría de los emprendedores que acudieron ayer al Palacio de Congresos en busca de apoyos. Juan Pedro Sánchez Domínguez, que necesita cuatro millones de euros para poner en marcha una fábrica que convertirá los excrementos de aves en biogas y abonos, lo tiene claro. «Más arriesgado es tener parada una construcción de pisos de cientos de millones de euros esperando que les compren las viviendas, sin que ello reporte beneficios a nadie», critica. Sin embargo, la sombra del miedo está ahí. María Rodríguez y Carolina Godoy, dos de las cinco promotoras del proyecto "Solaquex", que pretende aprovechar la luz solar para depurar aguas muy contaminadas, reconocen que la situación no es la mejor para los que quieren empezar ahora. «Tenemos un poco de miedo porque las cuestiones de financiación están un poco mal. Nos ha tocado un año un poco difícil», comentaron ayer. De todas formas, creen que su proyecto tiene un gran futuro porque logra eliminar elementos tóxicos y contaminantes de las aguas que no se pueden eliminar por los métodos tradicionales. Dada la evidencia de la crisis, el consejero de los Jóvenes y el Deporte anunció ayer que este año el Gobierno regional aportará por primera vez, y «de manera excepcional», apoyo económico a las líneas de negocio presentadas por los 11 jóvenes emprendedores que participan en este encuentro. Este apoyo permitirá que los jóvenes empresarios puedan seguir adelante con sus proyectos si tuvieran «dificultades para articular una primera aportación económica». Hasta ahora, el 70% de los proyectos presentados en años ediciones han recibido financiación y se espera que este año continúe la tendencia. Con ayuda o no Aún así, algunos de los emprendedores tienen tan claro que su proyecto será rentable, que están dispuestos a sacarlo adelante consigan financiación o no. Es el caso de José Milara, un joven arquitecto de Castuera, profesor de "Otras Tecnologías" en la Escuela de Arquitectura de Sevilla, que ha visto una oportunidad de negocio en los viejos silos de Extremadura, la mayoría en desuso y abandonados. Su proyecto se denomina "aSILO", y además de cuidar el medio ambiente, reutiliza y rentabiliza materiales y espacios. Ya tiene previsto dar uso al silo de Castuera, y piensa continuar con los proyectos de Almendralejo y Zafra. En el silo de Castuera, por ejemplo, se ha proyectado el alquiler de cinco plantas de oficina, 700 metros cuadrados de locales, y cuatro viviendas situadas en la última planta. Cada uno de estos proyectos puede suponer hasta un millón y medio de inversión. Otra oportunidad de negocio clara es la enseñanza del inglés en cursos de un mes de duración, como máximo. Es lo que ha ideado Ignacio Pérez Hernando con su proyecto "Quick Language", que ya ha puesto en marcha, pero que quiere ampliar. Para su proyecto la crisis no es un obstáculo, sino un empujón extra. «Es mala época para invertir en inmobiliarias, pero buena para la formación, porque es lo que necesita la gente para mantener o conseguir un trabajo». La "Chocolateca" es otra iniciativa novedosa que pretenden poner en marcha los brasileños Sara Suárez y Eduardo Rocha, afincados en Cáceres. En su tienda de chocolates habrá también talleres de gastronomía y de idiomas. Vídeo Imágenes del IV Encuentro.
